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Ateneo

Ateneo

Quinta parada

  

 

El Ateneo y sus pinturas 

En esta quinta parada de nuestro safari por la ciudad de Salto observando arte, nos encontramos ante un centro cultural de la ciudad: el Ateneo. 

En 1889, ciudadanos de la época deciden concretar en Salto la construcción de un Ateneo, centro de pensamiento y de labor,  para conferencias, conciertos, como tribuna para exponer sus inquietudes y debatir problemas y como biblioteca  popular, para llegar al pueblo con la palabra y el libro. 

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Este lugar, verdadero foco de la vida espiritual del departamento vio surgir un sin fin de asociaciones; fue el recinto local de la música de cámara, en donde actuaron destacados intérpretes de fama internacional, e incluso llegó a albergar la prestigiosa “Biblioteca Popular”. 

Desde el punto de vista de la arquitectura, presenta una fachada ecléctica con un manejo de órdenes clásicos en consonancia con el discurso barroco. 

El acceso al edificio se resuelve a través de un vestíbulo que antecede a la sala, en donde dos escaleras simétricas permiten la conexión con la galería superior. 

El edificio adopta una solución espacial unitaria que integra platea y escenario, tipológicamente similar a otros ateneos construidos en la época, por ejemplo el de Montevideo. En este espacio interior el punto de atracción es el escenario ya que la relación escenario-público es mucho más fluida que en un teatro. 

En el perímetro se sitúa una galería un poco más elevada que la platea y separada de la misma por esbeltas columnas de hierro que sostienen el balcón superior que recorre todo el espacio hasta detrás del escenario. 

En la ornamentación aparecen símbolos que hacen referencia a las artes y a la música.

Sobre el escenario apreciamos cuatro pinturas, anteriores a las de los hermanos Prati, que a modo de balcones nos muestran escenas del antiguo Egipto. Completan la resolución espacial y alegórica del ambiente, el mobiliario, así como los bustos de personajes célebres del saber y la cultura ubicados en las dos galerías y el piano de cola del escenario. 

Cabe destacar el trabajo artístico en el cielorraso, pintado por los hermanos Eriberto y Edmundo Prati, conteniendo alegorías y escenas relacionadas con la mitología griega. En él pueden apreciar emblemas como el Pegaso (caballo alado nacido de la sangre de Medusa) y Prometeo (el titán griego que le robó el fuego sagrado a los dioses para entregarlo a los hombres). 

Es el primer trabajo de importancia encargado a los hermanos Prati en 1911, quienes  habían aprendido el oficio de “pintor decorador” en Trento, Italia y se habían instalado en Salto el año anterior. 

Tiene un tratamiento general en “estarcido” en tonos pastel y tres elementos decorativos con motivos alegóricos a las artes, pintados sobre tela y aplicados al techo.

El estarcido es una técnica que consiste en estampar sobre una superficie el dibujo que queda en el hueco de una plantilla perforada, pasando sobre ella un pincel o trapo empapados en pintura; se emplea principalmente como técnica decorativa.También llamado esténcil (del inglés). 

Es un ejemplo destacado del estilo historicista ecléctico vigente en la segunda mitad del siglo XIX en el Uruguay y es un testimonio vivo de la rica vocación cultural  salteña que  no se  limitó al ámbito local sino que trascendió al ámbito nacional, motivos por los cuales fue declarado Monumento Histórico Nacional. 

Representativo del pensamiento iluminista y moderno, el Ateneo de Salto sintetiza perfectamente las aspiraciones de su lema: “ars et labor”, y constituye una de las respuestas mejor logradas en su género, especialmente para la audición de música de cámara.