Descripción conceptual
Espacio Cultural Eduardo Piñeyro “Cuerpo Expandido” Descripción Espacio / Conceptual
Línea: sucesión de puntos.
Historia: sucesión de hechos.
Los puntos hacen la línea.
Los hombres hacen la historia.
Un espacio… un lugar… ilusión… atrapar…abrir puertas… líneas que se dibujan…
Un espacio donde se considera al participante como protagonista de la historia, capaz de luchar y defender sus ideales a partir de la construcción colectiva.
La línea como elemento protagonista del espacio, como símbolo de trayectoria en donde se destaca la invitación hacia lo atemporal y la indagación sobre la propia historia además de ser conscientes sobre las posibilidades transformadoras de la construcción colectiva, de la lucha conjunta.
El accionar dentro del espacio es a través de la conjugación interdisciplinaria, de relaciones que permitirán el decir juntos como los puntos conformantes de una línea.
Un espacio que va hablar del poder del símbolo, del ‘menos en más’, de que con apenas un elemento se puede construir un mundo.
La línea como un vínculo formal y metafórico entre los talleres. El flujo de la línea genera intersecciones, tensiones y espejos entre distintos temas, sensibilidades y medios.
Un espacio donde a través la experiencia con lo artístico vinculamos a la subjetividad con el concepto de autonomía, puesto que cuando un educador desarrolla autonomía en un estudiante le está enseñando a mirar con sus propios ojos.
Se dice que la mirada siempre es selectiva. Quizás un elemento imprescindible desde la educación artística integral sea la educación de la mirada pues es ella la que apoya y consolida el desarrollo de la diferencia, de la autonomía y de la subjetividad, siendo además el disparador del deseo, el focalizador de la intención.
Cuando la subjetividad entra en el nivel propositivo, parece estar accediendo a la categoría de creación. Creación en este caso sería la posibilidad de reconfigurar el contexto, la realidad dada, para establecer nuevos modos de representarla, o de interpretarla, o de asumirla.
Un espacio en el cual nos centraremos en generar la sensación de ilusión / asombro. El asombro como la base del deseo, de la necesidad de conocer, de comprender, de proponer.
En los procesos por transitar, de sentirse atrapados en el buen sentido, se motivara para que los participantes asuman las emociones como disparadores de su intencionalidad, de apropiarse de la realidad y dar surgimiento a su deseo como una manera de realizarse como individuo apoyándose en una estructura sobre lo sensible, lo afectivo y la acción.
Un espacio que signifique para aquel que lo experimente una manera de dibujar líneas.
El espacio deriva, abre sus puertas al color, invade lo cromático tiñendo cada rincón, cada lugar se moldea de acuerdo a las formas tensas y suspendidas que contiguas plasman un caleidoscopio aéreo / visual.
La percepción del color es una experiencia subjetiva del hombre que enriquece la habilidad visual permitiendo distinguir objetos y escenas que de otra forma no se podría distinguir con claridad.
La persona vive, observa y experimenta el color como una idea determinada, como un elemento trasmisor de sentimientos y sensaciones de quien lo observa.
Debe ser por su carácter de abstracto, por su sola oportunidad innata de expresión y transmisión del mensaje, porque no necesita explicarse cuando se manifiesta sin más. Pero lo cierto es que los artistas visuales y plásticos se hacen valer de él como muchos otros en otras disciplinas inconscientemente.
Tienen la cualidad de ser una abstracción sensible, un vínculo tácito entre las ideas y los afectos, un canal sensorial de múltiples estímulos y fácil dominación.
La dramaturgia del espacio concibe al lugar como un dispositivo de narrativa visual, donde los elementos, composiciones, encuadres y planos son elementos significativos de un lenguaje en el cual en su conjunto convergen todos con un denominador estético en común.
Significa para nosotros un armado a través de varios niveles sensoriales donde para nosotros y especialmente para los participantes, la emoción y la percepción juegan un papel fundamental en su proyección.
Para demostrar que en la configuración espacial existen huellas, intenciones y articulaciones significantes, es que nos planteamos una construcción de sentido, en un crear un sustento/historia, poseen una variedad de dramaturgias.
Cada espacio posee una identidad propia que lo singulariza y esta no es la excepción, identidad que le provee de un carácter particular, gracias al cual lo que reconocemos como tal, y del cual nos valdremos para generar signo de este proyecto general.
Al inicio, como disparador nos interesó como el hombre siempre para representar su imaginario visual recurre al rectángulo y narra desde este. La fotografía, es un rectángulo, el cine, la pintura la televisión, los millones de rectángulos de Internet. Concibiendo a este espacio como un espacio conceptualmente escénico, nos inquietó como se construye el gesto de creación sobre los rectángulos escénicos de este espacio, espacio, que cuando arrancamos no conllevaba (conceptualmente), ni modelo ni ideología, nos relacionamos directamente con él para construir los lenguajes, es decir comprender descubrir las futuras composiciones y estructuras narrativas a realizar sobre su formato.
En el proceso tratamos de develar las relaciones entre la narrativa visual-conceptual como una suma de rectángulos que se dibujan y componen en su unión temporal donde se relacionan la palabra, el cuerpo la luz, la dramaturgia del objeto etc. Que en su vínculo nos permitiera crear signos y lenguajes interferir y modificar esa relación. Por lo tanto del el espacio se transformara en narrativa visual y viceversa.
Nuestro ejercicio punto de partida se basa como puede ser vista la historia del arte escénico, como la puesta en escena del rectángulo.
Nuestra tarea significo un construir para el espacio, su propia voz: Tres rectángulos correspondientes a tres espacios, como un juego del interior del interior, el ir más allá de lo políticamente correcto.
Para eso, a modo de ordenamiento, y pensando en trilogías, generamos tres niveles de composición: de escritura y de narrativa espacial, y de tiempos intervenidos.
Sumado a todo lo anterior, para nosotros este espacio además de ser habitado, transitado, compuesto, transformado, será un espacio que comunica.
La materia espacial se vuelve signo produciendo sentido en los participantes, cumpliendo la función de informar, representar, sorprender, conmover.
Como uno de los objetivos principales nos interesa decir es que [el espacio y los objetos] tienen su propia representación, tienen identidad y esta está puesta en función de lo que se quiere compartir. Nuestro discurso se constituye cuando se logran entrelazar los elementos poéticos existentes. En este contexto todo cuenta, todo es signo.
“... la escena es un lugar físico y concreto que exige ser ocupado, y que se le permita hablar su propio lenguaje concreto. Afirmo que ese lenguaje concreto, destinado a los sentidos, e independiente de la palabra, debe satisfacer todos los sentidos” Antonin Artaud
Este espacio como un espacio que está en movimiento, en gestación, en búsqueda de posibles definiciones que lo comprendan en su complejidad, un espacio vivo, transformable.
Un espacio – lugar para repensarnos desde un carácter performatico e instalativo.
Un espacio, un centro concebido desde la “realización”, un hacer-rehacer, un construir-reconstruir una realidad propia con mucho de intención demiúrgica o taumatúrgica para con los participantes y la sociedad en general.
La apuesta epistemológica radica también en revisar el lugar inamovible de la palabra como elemento primordial para la significación, no sólo en la comunicación sino en la construcción de sentido, puesto que si bien existe una relación intrínseca entre la palabra y la imagen en la configuración significante, en este espacio la materia se vuelve signo, “La materia vuelta signo es lo que produce sentido en nosotros”
El espacio posee en su inmanente dimensión poética, la capacidad tanto de generar imágenes como de contenerlas, tiene la capacidad de ofrecer sugerencias a completar por el espectador o habitante. Sugerencias sutiles o contundentes, ambiguas o concretas que enmarcan el hecho artístico o cotidiano.
El gran asunto de la estética contemporánea, su problemática central, es la organización de lo múltiple: las relaciones predominan sobre los objetos, la arborescencia sobre los puntos, el pasaje sobre la presencia, el recorrido sobre las estaciones que lo componen.
En contextos dinámicos, las formas tienden naturalmente a segregar relatos, empezando por el de su propia producción y continuando por el de su difusión: la obra tiende así a presentarse como una compleja estructura, susceptible de generar formas antes, durante y después de su realización.
En el proceso también de concepción del espacio, lo hicimos desde el comprender que hay una intencionalidad estética y política. Resignificar y poner en valor el espacio en tanto dimensión poética y concebir como posible la existencia de una dramaturgia del espacio es una revelación, una recreación política, una resignificación estética; al mismo tiempo que una posibilidad de reencontrar los cuerpos en un espacio, de habitar, y percibir lo habitado desde otro lugar, donde el relato, el sentido y lo contingente sean posibles, siempre en pos de la búsqueda de un sentido poético, estético y político, en tanto verosímil.